Mujeres y Malvinas
Por Cristina Schwab | Inesi
Bien aprendida tenemos la lección que los feminismos no dejan de invocar: lo que no se nombra, no existe. Y así como hace muy poco empezamos a revisar las historias que hemos recibido acerca de los hechos que marcaron a nuestro país (y a toda América Latina), para reponer en ella los nombres propios de lo ocurrido (genocidio, apropiación sistemática de niños y niñas, crímenes de lesa humanidad), también encontramos en esas relecturas episodios negados. “La sucesión de generaciones —esto sí, en un sentido demográfico de reemplazo generacional— está íntimamente ligada a los procesos de memoria social. ¿Qué huellas del pasado se borran de manera irrecuperable? ¿Cuáles quedan, activas o guardadas en el olvido, para ser eventualmente recuperadas? ¿Cómo intervienen los trabajos de los «emprendedores de la memoria» en la renovación de los recuerdos, y en los sentidos del pasado?” En 1982, una dictadura que pretendía eternizarse se embarcó en una campaña inútil: la recuperación de las Islas Malvinas, declarándole así la Guerra al Reino Unido. Al finalizar el conflicto, la sociedad les dio la espalda a los veteranos tras la derrota. Pero muy poco, casi nada, se dijo (o se supo) de las veteranas que estuvieron en el terreno de las Islas o en las 200 millas marítimas del conflicto bélico. Todos los territorios son escenarios de disputas de sentido. Malvinas no es excepción: como un capítulo de una historia de terror interminable, en cuanto a que siguen sin contarse todos los episodios que la conformaron, aportamos este texto como abrazo a quienes llevan en el cuerpo las marcas, las huellas de todas las violencias de la dictadura cívico-militar.
Charlamos con Alicia Mabel Reynoso, enfermera, ex -combatiente de Malvinas para que nos cuente sus sensaciones este 2 de Abril.