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Respetar la diversidad

por Cynthia Rodriguez | para INESI

¿Qué significa respetar la diversidad? Tal cómo se plantean en los documentos oficiales: “el respeto por la diversidad implica asumir una actitud que supere la idea de tolerancia: “soporto al otro/a y sus elecciones porque no me queda alternativa”, es decir, significa asumir que todas las personas somos distintas e iguales en derechos.”

Fundamentalmente este eje apunta al desarrollo de personas libres de elegir sobre su identidad, sus deseos, la manera en que quiere manifestarse a través de su cuerpo, siendo así alguien inigualable. En este sentido es importante reconocer el avance que se ha generado en nuestro país, por medio de la lucha colectiva fundamentalmente de los movimientos feministas y del LGTTBIQ, quienes han impulsado y sostenido la lucha para la promulgación de dos leyes que permiten que en nuestro país, por un lado,  las personas del mismo sexo que lo deseen puedan casarse: Ley Nº 26.618/10, la “Ley de matrimonio igualitario” y por otro que se reconozcan los derechos y necesidades de las personas que viven su género de un modo que no coincide con el sexo que les fue asignado al nacer: Ley Nº 26.743/12, la “Ley de identidad de género”.

Foto: Paula KIndsvater

Dice Susy Shock[1] en su poemario Hojarascas: “No queremos ser más esta humanidad”. Por eso pensamos que la Educación sexual integral, es una apuesta política de generar otras formas de estar en el mundo más humanos para todes. Esto significa que es necesario decosntruir las formas en que el patriarcado nos ha marcado cómo tenemos que vivir nuestra sexualidad, las relaciones de género, las identidades.

Desde este eje, se intenta deconstruir la  heteronormatividad impuesta como un sistema que produce formas hegemónicas imponiendo cómo deben vivirse nuestras relaciones sociales y amorosas, plantea cómo amar, qué desear, etc. Este sistema ha llevado a extremas situaciones de lesbofobia y homofobia (rechazo y odio a varones y mujeres gays y lesbianas) o transfobia (rechazo y odio a personas transexuales) por esto es necesario pensar juntes otros modos más humanes de estar en el mundo.

Como docentes tenemos que estar atentes a las diversidades que se manifiestan cotidianamente en las escenas áulicas, garantizando que los derechos sean respetados por y para todes, generando espacios inclusivos dónde cada une pueda expresar libremente sus deseos, sus gustos, su auto-percepción, su orientación sexual, etc.

Para la ESI los irrenunciables del eje “Respetar la diversidad” son[2]:

  • Rescatar el significado profundo de convivir en una sociedad plural y poner en valor la diversidad.
  • Cuestionar la “presunción de heterosexualidad”.
  • Respetar la identidad de género y la orientación sexual de todas las personas.
  • Rechazar la violencia y la estigmatización por orientación sexual e identidad de género ya que no puede haber silencio pedagógico frente a la discriminación de cualquier tipo.

De la mano con educar en y para  la diversidad se encuentra el eje  Valorar la afectividad, haciendo hincapié aquí en los aspectos relacionados con las emociones, los vínculos saludables, las responsabilidades y cuidado en las relaciones sociales y amorosas.

Foto: Paula Kindsvater

 Desde el surgimiento de la institución escolar en el S XIX se ha fomentado una dualidad pretendida entre razón-cuerpo/sentimientos. Esto ha hecho que la formación de las personas pase solamente por aquello que está asociado a la razón y se ha dejado de lado la formación y desarrollo de las emociones, las capacidades afectivas, la empatía con el otre, etc.

Este eje nos propone pensar al sujeto no sólo como alguien que piensa sino también como alguien que desea, que ama, que siente, etc. Integrando la dualidad que viene prevaleciendo en la formación curricular de nuestras escuelas. De esta manera, generamos posibilidades de otras formas de vincularnos en donde podamos comprender lo que nos pasa y lo que les pasa a les demás. Es decir, por ejemplo, que ante alguna dificultad interpersonal podamos expresarnos a través de la palabra amorosa atendiendo a los sentires de les demás sin que haya violencia. Esta manera de relacionarnos se aprende, no es algo que se da por sí solo por eso es tan importante trabajar este eje en nuestros desarrollos de clases generando espacios de confianza, escucha atenta, diálogos, intercambios respetuosos, etc.

A partir de educar en la afectividad y sensibilidad podemos trabajar el sexismo, el machismo en las relaciones interpersonales, las ideas vinculadas a qué es el amor y cómo amar, cuándo se producen formas de relaciones nocivas y que ante esto es necesario expresarlo: ¿qué es lo que quiero? ¿qué es lo que siento ahora? ¿qué me produce este trato?

Educar en la afectividad, también nos aporta elementos para prevenir situaciones de abuso, en dónde les chiques puedan advertir y decir que eso no es correcto, que lastima, que duele y que eso no es amor. Por eso este eje es crucial para apostar a la construcción de vínculos igualitarios y afectuosos entre todes.

Para la ESI los irrenunciables del eje “valorar la afectividad” son[3]:

  • Tener en cuenta que las emociones y sentimientos están presentes en toda interacción humana.
  • Considerar que la afectividad puede contribuir al encuentro o desencuentro con les otres que interactuamos cotidianamente.
  • Generar las condiciones para que todos/as puedan expresar sus puntos de vista respetando las diferencias, sin anular las tensiones y conflictos presentes en los vínculos.
  • Respetar la intimidad propia y ajena. 
  • Rechazar toda manifestación coercitiva del afecto, el abuso y la violencia de género y sexual.

[1] Susy Shock: artista, trans-sudaca de Argentina.

[2] Extraído de los documentos oficiales del Ministerio de Educación de la Nación Argentina.

[3] Extraído de los documentos oficiales del Ministerio de Educación de la Nación Argentina.

One Comment

  • Cristina Castro dice:

    Muy bueno , deja muy claro la necesidad de la ESI, neste processo de formación de una sociedad más justa y inclusiva, asumiendo que todas as personas somos distintas pero iguales en derecho”.

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