Mujeres y lesbianas y travestis y trans que se Encuentran (plurinacionalmente)
por Cristina Schwab (*) | para INESI
Porque unidas nos sabemos fuertesPorque unidas nos sabemos fuertes
venimos a luchar,
porque no seamos invisibles nunca más.
Porque despertamos para siempre
y ya no hay vuelta atrás,
porque no seamos invisibles nunca más.
(Eruca Sativa, “Creo”)
Mientras preparo esta columna respondo wasaps que me preguntan si quedan lugares en el bondi, pongo en contacto a una amiga que vive en uruguay con la compa que está armando el cole para ver cuál es el recorrido que haremos, mi companovia está escribiendo las recomendaciones para viajar, mis amigas de córdoba buscan alojamiento y yo les paso data de un hostel que me nombró una piba que se llama Amancay, a la que no conozco, pero que es amiga de otres amigues y vive en la plata. Nunca, en todo este año, estuvo tan interrumpido el proceso de escritura. Y es que estamos a horas del “pogo feminista”, que no es sólo el más grande de Latinoamerica, sino que es único: hace 34 años que todos los años, todos, todos, todos los años se hizo el encuentro. Que no es Congreso, no es Jornadas. Es Encuentro. Son cuerpas, historias, biografías, todo lo que hicimos antes, para llegar al encuentro, todo lo que pasa ahí, las personas que conocemos, los talleres, decidir a cual ir, recorrer el espacio y ver compañeras. De todos colores, con banderas, pañuelos, de todas edades, de todo el país, y de otros también. Y tener un vistazo, intenso pero efímero, de cómo sería un mundo todo feminista. Por lo pronto, por tres días, vamos creando un topos: un lugar, una geografía particular que va de ciudad en ciudad, reinventando sus propias coordenadas sobre tres ejes: la autonomía, la horizontalidad y la autogestión
Nosotres cambiamos las preguntas: como dicen las autoras de Mujeres que se encuentran, una de las primeras tesis que investigaron para la Academia este acontecimiento político: “Nunca habíamos visto tantas mujeres juntas ¿Para qué se juntan? ¿Con qué fines? ¿Qué supone para cada una estar tres días lejos de sus casas, de sus familias? ¿Por qué, si hace tantos años se realizan, nunca antes supimos de su existencia? ¿Qué debaten? ¿Qué discuten? ¿Cómo llegan hasta el lugar donde se desarrolla el encuentro? ¿Quién las lleva? ¿Cómo vuelven sus casas? ¿Qué sienten?“
Dice la historia que el Primer Encuentro Nacional de Mujeres se realizó en la ciudad de Buenos Aires en el mes de Mayo de 1986. La comisión organizadora estaba integrada por 43 mujeres de esa ciudad, provenientes de los más variados sectores políticos y sociales, partidos políticos, sindicatos, organizaciones, pero que integraban la comisión a título personal. Siguiendo con la original metodología implementada en el Foro de ONGs de Nairobi, propusieron un temario para los talleres, que podía ser ampliado con las propuestas de las participantes. El eje central del encuentro fue la situación actual de la mujer en Argentina y las estrategias para el cambio, analizado desde los distintos aspectos: Identidad, violencia, educación, medios de comunicación, participación política, sexualidad, trabajo, familia, tiempo libre, aislamiento y comunicación, utilización del cuerpo de la mujer. Participaron de este Encuentro 1000 mujeres de la mayoría de las provincias argentinas. Una de las 43 mujeres y lesbianas que organizaron el encuentro fue la Madre de todes, la gran Norita Cortiñas. Es que es en el retorno de la democracia, la vuelta del exilio de muchas, las nuevas ideas que la ola de los setenta había producido en las academias, los movimientos pacifistas y ambientales que se despliegan los vectores que hicieron posible ese primer encuentro.
El encuentro nacional dio a luz a los primeros borradores de lo que luego fueron leyes y realidades en la Argentina. En este sentido, los logros del encuentro han sido: La primera ley de cupo femenino (establecía el 30% de participación femenina), la ley de divorcio, la patria potestad compartida, la ley de matrimonio igualitario, la ley de identidad de género, la ley de paridad femenina y el proyecto de ley para la interrupción voluntaria del embarazo.
2018: pañuelos verdes y la wiphala
Durante todo el año pasado las discusiones que coparon la agenda pública y política fueron las que se dieron en torno al aborto (clandestino o legal) y también, en paralelo, hubo una explosión de preguntas en torno al lenguaje inclusivo. Pero alcanza, para “estar todes” con sumar la “E”? Sabiendo como sabemos que lo que no se nombra, no existe, el Encuentro del año pasado ya reclamaba la denominación de plurinacional. El reclamo no es nuevo para las poblaciones originarias, pero la articulación con la potencia del movimiento feminista propone nuevas definiciones: mientras arde el Amazonas, son los asesinos de Marielle Franco los que ríen sobre las lágrimas de les originarios que resisten a las llamas. Más que nunca, es necesario destejer las tramas que aprietan lo “nacional” con el capital y el extractivismo, y retejer alianzas e interseccionalidad con las plurinacionalidades, las historias y modos que nos vinculan desde lo común.
Como señala la agencia Presentes, hay divergencias desde la comisión organizadora y los espacios autoconvocados en esa línea: hay 87 talleres “oficiales” y 114 talleres de la campaña #SomosPlurinacional. Como desde el primer encuentro en 1986, allá cuando yo apenas aprendía a caminar, los feminismos nos vamos a encontrar a debatir los rumbos que nos convocan. Y no vamos a estar nunca con acuerdo total: habrá siempre lugar para el punto de fuga, la pregunta incómoda, la aparición de los cuerpos que no importan, que molestan, que fueron invisibles durante demasiado tiempo. Un evento de gran importancia se dará a las 19, luego de los talleres: la Marcha contra Travesticidios y Transfemicidios por las calles de la ciudad. Este año es la segunda vez que una marcha con esta temática forma parte de la agenda oficial del Encuentro Nacional de Mujeres: todo esto que va a pasar, dentro de este acontecimiento político enorme que es el encuentro, era impensado en el 2000, cuando se realizó en Paraná. Y cuando el encuentro volvió a nuestra ciudad, en 2010, teníamos ley de matrimonio igualitario, ley de ESI, la Campaña. Y así las preguntas se renuevan; por fuera del periodismo feminista, que trabaja por narrarnos más y mejor, quienes se “informan” con los medios masivos es no saben qué es, qué pasa en el Encuentro. Y centrades para siempre en la defensa de veredas y paredes, se les escapa, niegan, se tapan los ojos y los oídos frente al temblor de la tierra. Y se preguntan: qué hacen esas locas? A ellos les respondemos, a todes nos convocamos: estamos haciendo revoluciones: artesanales, imperfectas, trascendentales y en zapatillas. Todo eso pasa en tres días que son medida de tiempo y cantidad: el año que viene seremos más, seremos más fuertes, seremos otres.
(*) Cristina Schwab es Lic. en Comunicación Social y parte del equipo de INESI.