"Es lengua, no lenguaje": Día de le Interpréte de LSA
por Indiana Uhrich Medina (*) | para INESI
Es complicado (al menos para mí) encontrar una punta por donde comenzar a narrar(nos), porque si algo nos caracteriza es el entramado de personas, situaciones e ideologías que nos atraviesan. No puedo decir qué es une intérprete de Lengua de Señas, sin hablar antes de la(s) Lengua(s) de Seña(s), las comunidades Sordas, los imaginarios en torno a la discapacidad/no-discapacidad/ideología de la normalidad, la militancia, la historia, la cultura. Porque en esta sociedad que nos marca cómo y quiénes debemos ser con una lista de prácticas e identidades hegemónicas, prima la desinformación y la omisión, cayendo todes nosotres en una espiral de imaginarios fantásticos.
Hoy es una fecha (hay algunas más) importante, ya que un día como hoy pero de 1994, es reconocido por primera vez un cargo de Intérprete de LSA en el ámbito educativo, como nos cuenta esta efeméride de Inadi.
¿Lo qué?
Une intérprete es, a grandes rasgos, une mediadore lingüístico y cultural entre dos comunidades con lenguas diferentes. Une intérprete de Lengua de Señas media en la comunicación entre la comunidad Sorda y la comunidad oyente. En nuestro territorio se habla en Lengua de Señas Argentina – o LSA – una lengua viso-espacial hablada por la comunidad Sorda de nuestro país que, muy contrariamente a lo que piensa mucha gente, no es universal, y sobre todo es una lengua natural con las mismas características y merecedora del mismo respeto que todas las demás lenguas del mundo.
La profesionalización de les intérpretes es algo relativamente nuevo, y nuestra visibilización también, lo que hace que debamos enfrentarnos a imaginarios y supuestos más veces de las que nos gustaría. Porque mientras la frase “soy intérprete de francés-español” podría remitir a impecables auditorios de la ONU, con representantes de todas las naciones con auriculares y detrás flamantes intérpretes repitiendo muy rápido todo lo que se dice, el decir “soy intérprete de LSA – Español” remite al aula o la consulta del médico inmediatamente. Frecuentemente se nos confunde con docentes, con acompañantes terapéuticas, psicólogas, trabajadoras sociales, terapistas ocupacionales, enfermeras y la lista sigue, cayendo en un bucle peligroso porque que nos definan como algo que no somos también significa que hay un gran desconocimiento de las profesiones en general.

Se nos narra y construye con una lógica que pone a las personas Sordas como seres dependientes e incapaces, sin raciocinio, y a nosotres como ángeles salvadores que nos movemos por el puro amor a la humanidad. Esto no es cierto. Los espacios conquistados son producto siempre de la lucha furiosa e interminable de la comunidad Sorda, para poder acceder a la información y a todos los espacios. Y nosotres, como intérpretes, no podemos alejarnos tampoco de esa lucha: cada lugar al que vamos y cada cosa que hacemos está revestida de una postura política, porque cada cuadradito, pedacito de alfombra o madera en el que nos paramos para trabajar lleva atrás nuestros esfuerzos por conseguirlo, junto con les usuaries. Logramos poco a poco estar en los lugares esenciales: la consulta del médico, el aula, el trabajo, los medios, el juzgado. ¿Por dónde nos movemos, oyentes, en nuestro día a día sin pensar que quizás lleguemos y no entendamos la lengua en la que se habla?
Nuestra labor siempre viene cargada con contenido político, pero también con un gran placer. Lejos de los supuestos, podríamos vernos a nosotres mismes como mediadores entre culturas, entre comunidades. Y hay que remarcarlo: no existe nada más fascinante que aprender Lengua de Señas, al menos para apasionades de la lingüística y las lenguas. Implica comunicarnos utilizando canales diferentes al habitual (auditivo-vocal) y eso abre un mundo maravilloso y completamente atrapante de una organización léxica, morfológica y secuencial distribuidas en el espacio, el cuerpo y los rasgos.
Aún falta un largo camino para andar, tanto la comunidad como nosotres. Tenemos la responsabilidad de definir en conjunto qué caminos recorrer, qué objetivos proponer y cuáles serán los próximos espacios conquistados. Y tomar decisiones. Pensar por qué se nos demanda mucho más para actos donde ni siquiera hay personas sordas que en los poderes judiciales, donde no existen equipos. Por qué a pesar de tener un título de grado universitario como todas las demás profesiones del mundo y desenvolvernos profesionalmente, misteriosamente casi todas las veces a las instituciones no se les cruza ni por un segundo la idea de pagarnos por nuestro trabajo. Y pensar, también, en lo hermoso que ha sido tomar las calles con nuestres compañeres sordes, en marchas y actos por Derechos Humanos que nos corresponden a todes y que quizás una parte del camino siga por ahí, por una lucha, por todas las luchas, integradas, juntas. Desde Inesi, saludamos a todes les ILSA-E en su día, reconociendo su labor y lucha diaria, y recordando a toda la comunidad que se dice LENGUA, no lenguaje.
(*) Indiana Uhrich Medina es Intérprete de LSA (TUILSA-UNER) y parte del equipo de INESI.