Skip to main content

El 17 de mayo de 1990, la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó la homosexualidad de la lista de Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE), dando cuenta de que la patologización era un acto de discriminación y reconoció que la orientación sexual no era una enfermedad mental sino que se considera una variación natural de la sexualidad humana. Desde el 2004 cada 17 de mayo es un día de acción global con el propósito de visibilizar la discriminación y violencia que viven las personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, intersex y queer (LGBTIQ+) y promover acciones para poner fin a los actos y expresiones de odio que siguen existiendo hacia esta población.

A pesar de los avances en derechos de las personas LGBTIQ+, como la Ley de Matrimonio Igualitario (Ley Nº 26.618), la Ley de Identidad de Género (Ley 26.743)  y la Ley de Cupo laboral Travesti-Trans (Ley 27.636), sancionadas en Argentina en los últimos 40 años de democracia, todavía queda mucho camino para recorrer, ya que los prejuicios, la desinformación y los estereotipos son tipos de violencias que suceden todos los días.. A nivel mundial en algunos países, a muchas personas de la comunidad aún se les niegan sus derechos más básicos como el derecho a la educación, el derecho a la salud, el derecho al trabajo e incluso el derecho a la vida. Hoy en día todavía muchas personas LGTBIQ+ sufren discriminación y violencia en sus familias, en sus comunidades y en sus lugares de trabajo.

– ¿Por qué es importante este día?

La conmemoración del Día Internacional contra la Discriminación por Orientación Sexual e Identidad de Género es una oportunidad para reconocer la importancia de los derechos humanos y la dignidad de todas las personas, independientemente de su orientación sexual o identidad de género. Es un día para reflexionar sobre los desafíos que enfrentamos las personas LGBTIQ+ y para reafirmar nuestro compromiso de trabajar juntes para lograr la igualdad y la justicia para todes.

– Situación de la comunidad Travesti-trans en relación a la OMS y a su patologización

Al igual que secidió en 1990 con la homosexualidad, pero 20 años despues, en 2019 la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó una nueva Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) en la que se retiró a la transexualidad y el travestismo de la categría “Trastornos mentales y del comportamiento” y se incorpora la categoría especifica de “Incongruencia de género” la cual está clasificada como un cuadro relacionado con la salud sexual y no como a un trastorno, y la define como “una marcada y persistente incongruencia entre el género experimentado por el individuo y el sexo asignado”. 

No obstante, esta nueva categoría aún mantiene estigmas basados en una mirada biologicista, binaria y cis-normativa. La perspectiva adoptada no se ha construido desde una comprensión plena de género, lo cual implica reconocer que el género y la corporalidad son construcciones socioculturales que se manifiestan de manera diversa en cada individuo, como así también que entiende esta categoría como un tema meramente sexual y sin reconocer su carácter transversal a todos los aspectos de la vida de una persona.

La Educación Sexual Integral (ESI) es una herramienta valiosa para contribuir a la lucha por el ejercicio de los derechos de todas las personas. Ya que uno de los ejes irrenunciables y fundacionales de la ESI es el respeto a la diversidad, entendiendo que su abordaje implica rescatar el significado profundo de convivir en una sociedad plural.

El “Día Internacional contra la Discriminación por Orientación Sexual e Identidad de Género” nos recuerda que todavía hay mucho trabajo por hacer para lograr una sociedad justa e igualitaria para todas las personas.

Deja un comentario